domingo, 23 de noviembre de 2008

La Charada Cubana

La charada es un acertijo en la que se trata de adivinar una palabra, haciendo indicaciones sobre su significado. En Cuba la charada es una tabla compuesta de 100 número consecutivos del 1 al 100. Los primeros 36 número están tomados de la llamada charada china o chiffá, los restantes son producto de la imaginación popular.
Los sueños se relacionan con los números de la charada y ésto sirven de cábala para jugar a la lotería o la "bolita".
He aquí los números de la charada cubana:

1. Caballo
2. Mariposa, Dinero
3. Marinero, Niño Chiquito
4. Gato, Diente
5. Monja, Mar
6. Jicotea
7. Caracol
8. Muerto
9. Elefante, Lengua
10. Pescado Grande
11. Gallo
12. Ramera
13. Pavo Real
14. Cementerio, Gato Tigre
15. Perro, Niña bonita
16. Toro
17. San Lázaro, Luna
18. Pescado chico
19. Lombriz, Bandera
20. Gato fino, Tibor
21. Majá, Dinero
22. Sapo
23. Vapor
24. Paloma
25. Piedra fina, Casa Nueva
26. Anguila, Medico Nuevo
27. Avispa
28. Chivo
29. Ratón
30. Camarón
31. Venado
32. Cochino
33. Tiñosa
34. Mono
35. Araña
36. Cachimba
37. Bruja, Gallina Prieta, Hormiga
38. Macao, Dinero
39. Conejo, Culebra
40. Cura, Sangre
41. Lagartija
42. Pato, País Lejano
43. Alacrán
44. Año del cuero
45. Tiburón, Presidente
46. Guagua, Humo
47. Pájaro
48. Cucaracha, Abanico
49. Borracho
50. Policíഎ

51. Soldado
52. Bicicleta
53. Luz eléctrica
54. Flores
55. Cangrejo, Murciélago
56. Merengue, Reina
57. Cama, Telegrama
58. Retrato, Cuchillo, Adulterio
59. Loco
60. Payaso, Huevo
61. Caballo grande
62. Matrimonio
63. Asesino
64. Muerto grande
65. Comida
66. Tarro, Pareja de yeguas
67. Puñalada
68. Cementerio
69. Pozo
70. Coco
71. Río
72. Buey, Jicotea, Collar
73. Maleta
74. Papalote, Militar
75. Corbata, Guitarra
76. Bailarina
77. Bandera Italiana, Muletas S. Lazaro
78. Sarcófago
79. Tren de carga, Lagarto
80. Médico viejo, Desesperado
81. Teatro
82. Madre
83. Tragedia
84. Sangre, Banquero
85. Espejo, Reloj
86. Tijeras, Manguera
87. Plátano
88. Miguel Mariano, Espejuelos, Gusano
89. Mucha agua, Casa Vieja
90. Viejo
91. Alpargata, Comunista
92. Puerco grande, Avión, Globo
93. Sortija
94. Machete, Habana
95. Guerra
96. Zapato, Puta Vieja
97. Mosquito, Grillo
98. Piano
99. Serrucho, Gallo, Carbonero
100. Inodoro, Automóvil

Olga la Tamalera



Este simpático personaje femenino ganó el nombre de Olga la Tamalera porque como otros tantos vendedores callejeros de Cuba, se valía de sus habilidades culinarias para vender un manjar popular de la cocina criolla y tradicional: el tamal en hojas.
Olga no vendía su mercancía por la calle ni tocaba de puerta en puerta como la mayoría de los vendedores. Ni siquiera pregonaba lo que vendía.
Olga tenia cierta famosa categoría: por su puerta desfilaban en busca de sus ricos tamales caseros, toda clase de personas. Le encargaban con anticipación para celebrar bodas, cumpleaños y todo tipo de festejos.
Los tamales de Olga estaban elaborados de modo muy peculiar. Usaba harina de maíz tierno; lavaba la amarillenta masa hasta despojaría de la pajusa blanquecina que dejaba la cáscara del maíz al rayarlo en el guayo; lo sazonaba a su manera, le agregaba carne molida de cerdo y un toquecito especial de sal y pimienta. Envolvía habilidosamente la mecía en hojas del mismo maíz y los ponía a cocinar en agua hirviente. Al final Olga lograba unos tamales en hojas exquisitos, muy diferentes de los que expendían en las fondas y cantinas a domicilio.
Su fama trascendió de Cienfuegos a La Habana y se extendió por toda la isla, y no precisamente porque su minúsculo negocio alcanzara magnitud económica significativa, sino porque la orquesta Aragón en la década de los 59, cuando se llamaba todavía Orquesta Típica Cienfueguera, incorporó a su repertorio una canción con mucho ritmo, como la que ahora han dado en llamar "salsa", que se populariza rápidamente, y que en su parte melódica decía: Me gustan los tamalitos / los tamalitos que vende Olga / Pican, no pican / los tamalitos que vende Olga, Olga.
Al llegar al montunisonsonete, agregaba: Olga, la tamalera / cocina que se paso / Si quieres comer sabroso. pruébelo, pruébelo y volvía a Olga, la tamalera, cocina que se paso.
"Cuenta el músico cubano Fajardo, a sus felices 80 años desde Nueva York, que allá por los años 50 en Cuba, cuando tocaba en la orquesta de Fajardo y sus Estrellas, conoció a Olga la tamalera, que probo sus tamalitos y que le gustaron tanto que decidió componerles una canción, que fue precisamente: "Olga la Tamalera " que alcanzo enorme popularidad por las ondas radiales de entonces.
La canción pegó de modo increíble. La gente la cantaba y la bailaba en todos los guateques y fiestas, sin importarles si conocían o no físicamente a Olga.
Su fama llegó al exilio y hasta existen y han existido un par de fabricas de tamales caseros cubanos con el nombre comercial: Tamales Olga y Olga la Tamalera (que no son mas que tamales caseros, como los de Olga la Tamalera.)

El Manisero



El manisero es, de todos los personajes folclóricos cubanos, el más conocido internacionalmente. Completamente incorporal. Sin rostro, ni cuerpo de carne y hueso que lo represente con nombre propio, sin embargo, su estampa con la lata de maní; los pantalones remangados; el delantal y los cónicos cucuruchos de maní en mano, ha recorrido más de un continente.
Cabalgando sobre un pentagrama, con los pies convertidos en notas musicales, Don Azpiazu con su orquesta Habana-Casino lo paseó por el mundo en un tema musical titulado "el manisero".
Esto fue en 1930. Un año después alcanzó categoría de éxito nacional y abrió la puerta al auge de la era de la rumba con Moisés Simón y su manisero.
Había maniseros de todas las razas y edades en todos los pueblos y ciudades. Cada uno tenía su modo peculiar de pregonar lo que vendía.
El que yo conocí, era casi un niño, pasaba todas las noches junto a mi ventana y cantando con lastimera vocecita pregonaba: "Hay maní. goooofio de maní." Otros había, la mayoría chinos, que encorvados por el peso de los años se les oía pregonar: "maní tostado y caliente", garapiñado.
Los chiquillos del barrio, parafraseaban el pregón como inocente travesura y, entre risas y juegos repetían: "maní tostado y caliente para las viejas que no tienen dientes".
A pesar de su inmortalidad el manisero tampoco sobrevivió en Cuba. Se extinguió como algunas especies de animales en peligro de desaparición, como el maní, como el aceite de maní.
¡Pero no importa! El manisero pervive en el exilio. Anda de ollería en galería de arte, plasmado en cuadros y esculturas. Llevado al teatro vernáculo y sobre todo en la música, donde sobrevive en espíritu, como legítimo representante de nuestro folclor.

martes, 18 de noviembre de 2008

Mama Inés

Mama Inés es un personaje un tanto novelesco, muchos lo relacionan con la Dolores Santa Cruz arrancada de la novela costumbrista "Cecilia Valdés" de Cirilo Villaverde, otros, con la Mamá Dolores de otra novela más reciente, "El Derecho de Nacer" de Félix B. Caignet.
Lo cierto es que Mamá Dolores es un personaje real que proviene de la época de la esclavitud africana.
Mamá Inés es una negrita conga que llegó a Cuba con la esclavitud africana, voluptuosa, de cara linda, rumbera y simpática que desborda bondad y alegría por donde quiera que pasa.
Mamá Inés viste una típica bata cubana larga y blanca llena de vuelos, rematada con una tira bordada y pasacintas rojas. Lleva en la cabeza un pañuelo rojo graciosamente anudado sobre la nuca y en una de sus manos enarbola un aromático tabaco habano.
Entre giros y giros de sus bailes se detiene de vez en cuando para echar al aire densas bocanadas de humo con las que dice "espanta los malos espíritus".
Sólo interrumpe su sandunguero ritual para saborear, entre buchito y buchito, el deleitoso aroma del negro café cubano acabado de colar.
Después de café cubano acabado de colar, marcando el paso al ritmo del montuno de la composición de Emilio Grenet, hermano de Elíseo Grenet, según datos del Dr. Cristóbal Díaz Ayala, autor del libro del Areíto a la Nueva Trova.
"Ay Mamá Inés, ay Mamá Inés, todos los negros tomamos café".
Mamá Inés vive con su hija Belén en el barrio de Jesús María, una antigua y humilde sección conocida por La Habana Vieja.
Mamá Inés no pierde de vista ni un minuto a su bella hija Belén, y en otra parte de la misma pieza musical Moisés Simons lo expresa así:
"Belén, Belén, Belén en dónde estabas metía,que en todo Jesús María yo te busqué y no te encontré".Yo estaba en casa e MarianaQue ayer me mandó a buscar.
Los niños cubanos de todas las épocas, sin conocer a Mamá Inés, por tradición popular, han incorporado a su inocente juego de cachumbambé:
"Cachumbambé, la vieja Inés que fuma tabaco y toma café".
Y como para que no se borre de la memoria que los que vienen detrás, los que nunca tuvieron la oportunidad de disfrutar de los preciosos carnavales de la Cuba republicana, le recordamos que por las calles de La Habana siempre aparecía alguien que disfrazado de Mamá Inés marcaba con pasitos de conga el final del desfile de carrozas y comparsas, mientras un carro de charangueros con cornetas y timbales, tambores y maracas la acompañaba para arrollar al compás de su pegajoso estribillo melódico:
"Ay Mamá Inés, ay Mamá Inés,todos los negros tomamos café".

El Médico Chino

Anda por ahí, de boca en boca, un cuentecito que trata de un médico chino muy popular. Cuenta esta versión que este médico acostumbraba a recetar a sus pacientes una infusión de una planta a la que el chinito atribuía propiedades curativas maravillosas. La planta en cuestión esta formada por una red de palillos ver-des que el vulgo llamaba palito chino y que era realmente exótica y en ocasiones hasta venenosa.
Cuenta la historieta que uno de esos pacientes del intitulado médico chino muere un día al tomar un conocimiento de esa planta y que el chinito del cuento, con oriental parsimonia, sentencia: "¡Calamba, palece que ese palito son veneno!"
Otra versión más seria sobre el Médico Chino afirma que el verdadero médico chino vivió a finales del siglo pasado en Cuba, que era producto de una inmigración que llego por esa época a América con contratos de trabajo, y que entre esos chinos llegó uno llamado Cham Bom Biam estudiante de medicina en su patria.
Mientras el chinito desempeñaba sus trabajos agrícolas en la zona de Coliseo, provincia de Matanzas, se las arreglo para continuar sus estudios y se gradúa de medico.Cham Bom Biam comienza entonces a ejercer como médico rural en la misma zona donde antes laboraba la tierra, poco a poco adquiere fama de buen medico. Lo buscan los enfermos de la zona, de la provincia y de La Habana, donde ejerce con mucha dedicación. Comienza a difundirse la noticia de sus milagrosos aciertos y gana fama como médico de increíbles curaciones.
Lo buscan enfermos de todas partes de la isla como ultima esperanza de salvación, o cuando están desahuciados por otros médicos.
Al pasar de los años, el pueblo, que es quien definitivamente consagra con su aprobación, gradúa como eminencia medica y de sabiduría general al médico chino Cham Bom Biam.
Lo que pasa después ya se sabe, la creencia popular lo convierte en leyenda y cada vez que se conoce de un enfermo que esta en su fase terminal la gente dice: A ese no lo salva ni el Médico Chino.

EL CABALLERO DE PARIS

Por los años mil novecientos cincuenta y por las calles de La Habana, con su embrujo seductor, vieron pasearse a este personaje dantesco, de mediana estatura, cabellos largos, castaño oscuros, barba desaliñada, de porte gallardo, siempre vestido de negro con su capa larga que ondeaba al viento a su andar. Siempre cargaba su cartapacio donde guardaba sus tesoros imaginarios y tarjetas, coloreadas por él mismo, que obsequiaba a los transeúntes. La Quinta Avenida, el Parque Central, la Plaza de Armas, eran lugares donde solía pasarse horas recitando versos o contando historias principescas a quienes las quisiera oir. Este caminante alucinado, no pedía limosnas, sino que aceptaba ayuda de personas conocidas de él. Nunca fue violento ni grosero, al contrario, era un hombre muy gentil y bondadoso.
Podríamos decir que quizás quería olvidar cosas muy tristes y la locura fue un escape apropiado que su mente enajenada engendró. Mucho se ha escrito sobre el origen de este personaje inolvidable, José María López Lledín, El Caballero de París. Pudiéramos decir que nació con el siglo veinte, ya que se dice que nació el 30 Diciembre 1899 en la aldea de Vilaseca, a 29 kilómetros de Fonsagra, provincia de Lugo, España, que llegó a la Habana en 1913 a la edad de 14 años, su familia que consistía de 11 hermanos y hermanas, una de las hermanas aun vive en Oviedo (España) y tiene 91 años. Dicen que arribó en el vapor “Valvanera”, que naufragó en las costas cubanas a principios del siglo XX, hecho que quizás motivó su demencia. También se habla de que al ser acusado de un crimen que no cometió fue tal su tristeza que perdió la razón. Lo que sí sabemos es que, este legendario caminante que regalaba rosas a las damas y plumas y tarjetas de colores, fabricadas por él mismo, que iba por las calles contando historias principescas , adorno la estampa cotidiana de la capital cubana de esa época. En 1977, el que se denominara a sí mismo como “El Emperador de la Paz”, fue internado y en el Hospital Siquiátrico National de Cuba, en Mazorra, en las afueras de la Habana, donde murió en el verano del año 1985 a la edad de 85 años. Sus restos descansan en el cementerio Santiago de las Vegas en la Habana.
Y para terminar vale mencionar la cancion que lo inmortalizara compuesto por Antonio Maria Romeu:
”Mira quien viene por ahi, ¡¡El Caballero de Paris!!!”

lunes, 17 de noviembre de 2008

APRENDA CUBANO CON BARRERAS SEGURO QUE YES

LA DIALECTICA DEL GUAPO

lenguaje cubano

sábado, 1 de noviembre de 2008

Autores Cubanos

Son muchos los autores en la literatura cubana que han logrado la celebridad internacional. Mencionamos algunos de ellos con la intención de facilitar un comienzo al estudio de esta vasta literatura. Muchos más escritores deberían ser incluidos en este grupo, pero preferimos hacer la introducción lo más concisa posible.
A B C D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z
La Cuba de hoy, ayer y mañana, con todo su sabor y alegría