Resultados deportivos en Cuba, antes y después del triunfo revolucionario de 1959, breve análisis de la situación deportiva en la década del 90 del siglo pasado, así como la actualidad del deporte en la isla, constituyen los eje fundamentales de este trabajo, que persigue, como objetivo principal, demostrar que el deporte para los cubanos, es una expresión de su modo de vida.
La situación en Cuba, antes del triunfo revolucionario de 1959, es harto conocida. Cuba, la isla grande del Caribe, había pasado, de ser colonia Española, a convertirse en una seudo-republica, monitoreada por los distintos gobiernos norteamericanos.
En muchas esferas la situación del país era precaria: altos índices de pobreza, desempleo, gran por ciento de analfabetos, situación critica en el sector de la salud, bajos índices de industrialización, prácticamente, la nación se había convertido en monoproductora y monoexportadora de caña de azúcar, existencia de grandes latifundios de propiedad extranjera, grave situación con la vivienda y especialmente, la falta de libertades políticas, habían convertido a la isla en un hervidero social.
El deporte no escapaba a esta realidad, no existía apoyo estatal a la practica masiva de ninguna disciplina, planes de infraestructura deportiva o escuelas especializadas en esta esfera, solo constituía, privilegio de algunos, sobre todo, de los más adinerados, la práctica de alguna especialidad deportiva, excepcionalmente, en algunas universidades o institutos del país, sus estudiantes constituían los practicantes más asiduos, aunque en escasos deportes.
En muchas esferas la situación del país era precaria: altos índices de pobreza, desempleo, gran por ciento de analfabetos, situación critica en el sector de la salud, bajos índices de industrialización, prácticamente, la nación se había convertido en monoproductora y monoexportadora de caña de azúcar, existencia de grandes latifundios de propiedad extranjera, grave situación con la vivienda y especialmente, la falta de libertades políticas, habían convertido a la isla en un hervidero social.
El deporte no escapaba a esta realidad, no existía apoyo estatal a la practica masiva de ninguna disciplina, planes de infraestructura deportiva o escuelas especializadas en esta esfera, solo constituía, privilegio de algunos, sobre todo, de los más adinerados, la práctica de alguna especialidad deportiva, excepcionalmente, en algunas universidades o institutos del país, sus estudiantes constituían los practicantes más asiduos, aunque en escasos deportes.
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