jueves, 9 de octubre de 2008

Cine Cubano V

En el libro, El proceso creador del filme, John Howard Lawson señala: "Si el cine significa interpretar y ser una parte de la experiencia humana, debe expresar esta realidad más profunda (…) Debe averiguar la relación que existe entre el individuo y el mundo en proceso de transformación por obra de la actividad colectiva." (Howard, 1986: 20).
Ahora bien, si el autor dice que el impacto emocional de la acción cinematográfica implica una nueva relación con la realidad; una nueva forma de ver y sentir, fácilmente vemos que la función principal del cine es representar la vida del hombre en su medio, por lo tanto nos percatamos de que los cubanos no se veían representados en las pantallas del cine norteamericano, porque no era su vida lo que se proyectaba en ella. Queda demostrada entonces la manipulación cultural a la cual se encontraba expuesto el público, ya que esas películas eran el reflejo de un mundo referencial impuesto.
Resulta curioso cómo en 1920 en medio de la crisis por la que atravesaba el país, con la miseria, bajos salarios y desempleo, la población continuaba acudiendo al cine, incluso aunque ya la entrada no era tan barata como antes. La posibilidad de evasión que permitía este medio de que el espectador se trasladara de su entorno, de vivir nuevas aventuras de abrir nuevas puertas y ver otro mundo, fue el anzuelo más explotado para atraer el público utilizado por Hollywood.
Pienso que queda claro que el realismo con que era capaz de vivenciarse otra vida cargada de emoción y lujos, constituyó un gancho eficaz de quienes vivían sumidos en la pobreza. Los más fieles seguidores de este cine eran los jóvenes sobre todo los menores de 21 años que habían nacido bajo el dominio de la República Neocolonial, formados bajo nuevos patrones de vida con la influencia norteamericana de poder, éxitos y riquezas. Ellos veían en aquellas cintas plasmadas sus aspiraciones y sueños, pues resultaban muy cansonas las tragedias europeas, además de que no podían contar con un cine nacional que realmente los representara.
No en vano Lawson afirma que: "Hollywood es un sector clave en la batalla de las ideas, y el atento estudio de las películas más recientes puede suministrar un medio para comprender el tipo de propaganda que es contrabandeado bajo las más distintas formas en todos los campos de los estudios y de las ciencias, de la educación y del arte." (Howard, 1964: 31)
Yo personalmente me encuentro totalmente de acuerdo con este planteamiento, pues es válido de aplicar en cualquier época. Es que este tipo de cine es capaz de consentir los problemas sociales, presentando o inculcando bajos valores como por ejemplo: mirar al delito con simpatía o considerar a las guerras como actos nobles y corrientes. En el pervertido diccionario hollywoodense los valores son sinónimos de dinero.
Pero en estos tiempos no sólo hubo penetración ideológica; sino también manipulación con algunos tramposos del oficio que con la falsa de instalar grandes estudios cinematográficos en La Habana engañaron y estafaron a la población y a los aficionados. Estos últimos andaban locos sin dirección, aturdidos, cegados por la credulidad de convertirse en súper estrellas y llevados por la pasión de hacer cine.

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