jueves, 9 de octubre de 2008

Cine cubano VIII

Ya en 1930 se incrementa la exhibición de filmes norteamericanos que llegaron a las salas cubanas con muy poca diferencia con respecto a su exhibición en los Estados Unidos. El público cubano ve en sus pantallas, entre otros, los filmes: Sin novedad en el frente, Desfile del amor, Río Rita, El Rey del Jazz, Broadway, Su íntimo secreto, La gran parada, La calle del azar. No obstante, continúa llegando el cine europeo y se estrenan: La marcha nupcial, Metrópolis, Teresa Raquin, El millón, El fin de San Petersburgo, entre otras.
A pesar de que el cine sonoro ya era una realidad palpable, la ingenuidad de los productores cubanos los lleva a insistir con el cine silente y filman, La Virgen de la Caridad , con intertítulos en inglés y español, con la peregrina idea de exportarla y competir con el mercado norteamericano.
En ese mismo año se produce en Cuba el filme El caballero del mar, de Jaime Gallardo, estrenado en 1931 en el Teatro Rialto. Aunque es considerado como el último largometraje silente de ficción hecho en Cuba, tiene escenas de sonido experimental, de muy corta duración, por el sistema Vitaphone.
Si bien la exhibición de filmes extranjeros cubría las necesidades de las salas cubanas, nuestros empresarios intentaron acceder a la técnica del sonoro para incorporarla a la producción nacional. De ahí que muchos viajaran a los Estados Unidos con el objetivo de adquirir equipos sonoros y aprender la nueva técnica. Se realiza entonces Un rollo Movietone, primer experimento de cine sonoro que se hace en Cuba por técnicos cubanos, que no fue más que un corto publicitario, donde de todas formas la calidad técnica fue muy defectuosa.
En 1933, en plena crisis de la dictadura de Machado, Luis Ricardo Molina funda la Compañía Royal Advertising News y produjo el primer noticiero sonoro, llamado Noticiario Royal News. Algunos de sus reportajes, por su relativa calidad pudieron ser vendidos a empresas norteamericanas.
Con la caída del dictador Machado, vino un período de inestabilidad política y desamparo económico derivado del fracaso de la revolución de 1933. Esto como es lógico estancaba más aún la producción cinematográfica que necesitaba en primer lugar de un gran apoyo económico. La precaria situación, combinada con la compleja técnica del cine sonoro, ahoga la posibilidad de llevar a cabo cualquier proyecto nacional. Los pocos títulos filmados en la época pertenecen a la Royal News.
Entonces se comienzan a habilitar más salas para la explotación de los filmes con esta característica; y se estrenaron en Cuba durante este período, filmes norteamericanos, hispanos, europeos, mexicanos y argentinos, entre ellos La dama de las camelias, El día que me quieras, La kermesse heroica, Allá en el Rancho Grande, Madreselva y otros.

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